Dilema al momento de compartir conocimiento

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Están los que no tiene nada que compartir y los que sí, no más. Con respecto a los que comparten, tiene una motivación, algo que los impulsa a hacerlo y dejando de lado el dinero (y la comida), encontramos que muchas veces nos motivamos por el sólo hecho de querer compartir algo. Si nos dan las gracias al final (o antes) nos gustará y quizás hasta lo volvamos a hacer. Todo normal hasta ahora, pero qué pasa cuando no vemos un interés en la otra persona por lo que estamos compartiendo. Eso es una pregunta muy interesante.

Si no recibimos las gracias y encima nos damos cuenta que es por la falta de interés en el otro, entonces no querremos volver a compartir lo que sea que estemos compartiendo. Pero, para esto hay que observar varias cosas, como si estamos compartiendo algo sin que se nos pida o no, si alguien nos ha pedido que comparta eso o no, en fin.

Para cualquiera de los dos, siempre me enfatizaría por el compartir algo sin que se nos pida, solo por el hecho de querer compartir, solo porque quiero que alguien sea beneficiado por mi acción. De que él de las gracias o no tiene mucho peso, porque puede darla de muchas forma, o sea, no siempre puede ser de forma explícita:
hey, gracias por lo que compartiste conmigo ayer. Es muy informativo.
También puede ser implícito:
Mmm... me gusta, así podré hacer lo que tanto me rayó. Wow, ¡súper!
Ya podéis ver, esto es variables. Ahora, si notamos que le ha servido, nos sentiremos bien porque sabremos que lo que hicimos estaba bien y era tan útil que  alguien se benefició y su vida redujo un poco el nivel de dificultad. En resumen, con tal de que alguien lo use, significa que eso funciona, sirve, es útil, etc. Por lo tanto quien compartió eso es útil. Todos felices, hasta ahora, porque lo que viene es cuando compartimos algo y a nadie le interesa, ni siquiera alguien lo usa y solo lo vemos allí no más. Si notamos que a nadie le importa o que nadie lo ve útil, quizás nos deprimamos, y pensemos que no servimos para nada (ya sabes, cosa típica).

Además de todo este rollo, está el caso en que sabemos que algo es muy, pero muy útil que al ser compartido estamos seguros que la gente correrá como moscas a la carne (moscas sin alas). Pues si, sabemos que eso es necesitado y que somos quien puede compartirlo nos alegra más, pensamos en cómo hacerlo llegar a los demás y un lote de cosas más. Lo triste es cuando, aun así, siento eso útil, nadie dice nada, a nadie le interesa y al final nos damos cuenta que eso duele.

Entonces, para evitar esto de compartir algo súper útil y morir en el intento de compartirlo, podríamos comenzar a buscar estrategias para hacer crecer el público remitente, y así, si a alguien no le interesa (se lo pierde) a otros si le gustará. Buena idea, ¿no? Hay que implementarla, el caso es... si es eficiente compartir el conocimiento de la forma dirigida a un público con alto porcentaje de necesidad pero con pocos miembros o compartirlo a todo el que se cruce por el camino, o sea público en general, pero con un porcentaje de necesidad muy bajo (o impredecible). Esto es lo que trama, porque muchas veces sólo podemos compartirlo una sola vez, no hay oportunidad para hacerlo de manera dirigía y dispersa, la misma información.

La verdad, es que la idea de lanzarlo como red de pesca hacia río de aguas revueltas es muy considerable. El pensar que puedes hacer que tu propuesta sea vista, escuchada, leída por varias personas te da la esperanza de que a más de uno le gustará. Triste si a nadie le gusta. Pero la opción de compartirlo con un publico especial tiene sus riesgos. En primero lugar, deberéis analizar si ese publico es el adecuado, porque si estás haciendo las cosas mal desde el comienzo no vais a llegar a ningún lado. Luego, evaluar que porcentaje de personas (hacer una estimación o un estudio como la ciencia manda) podrían leer, escuchar o ver lo que vais a compartir. En tercer lugar, (aunque creo que esto debería ser segundo) está analizar si lo que compartirás es realmente útil para ese público. Y para finalizar, está saber enviar la información porque esto influye mucho, es como la portada de un libro, ya que si tienes una mala presentación inicial, muchos ni se interesarán. Otra última cosa, (son dos últimas cosas) es que después de todo, está en nuestras manos queda decidir si sí o no, si compartirlo con ellos o mejor tomar la alternativa de compartir a lo loco a quien le caiga, jenfin.

Espero que esto le sirva para prosperar, y no abstenerse a compartir algo bueno porque a nadie le importa (nadie de los que vos tenés como público remitente). La verdad, deberíais leerlo más atentamente, otra vez, porque si yo lo leyera haría caso.
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